miércoles, 24 de marzo de 2010

La Vida de Bryan (2ª parte)


Personaje Games Workshop: Bryan Ansell

En estos años previos a su incorporación a Games Workshop, Bryan visitaba con frecuencia los eventos y salones dedicados a los juegos de estrategia, donde como apasionado de las miniaturas históricas disfrutaba de batallas recreadas con todo lujo de detalles, rigor investigador y la posibilidad de ver a las tropas de Harold II en la Batalla de Hastings expulsando a los Normandos de vuelta a Francia. En estas ocasiones tomaría contacto con otros apasionados del hobby cuyo interés comenzaba a desviarse hacia las guerras de fantasía, rompiendo con la tradición de la vertiente “realista”. Y entre estos herejes del histórico no pocos llegarían a trabajar para él.

La fundación de Citadel Miniatures se inició en 1978, tal y como ya habíamos comentado un par de entradas antes, y en ella se pueden encontrar detalles al respecto. Completando dicha entrada comentaremos la inclusión de las líneas completas de Asgard en el catálogo de Citadel en forma de hoja extra, dando un nuevo punto de contacto entre ambas empresas.

Bryan sentía cada vez más un creciente interés por el diseño de juegos para ser empleados con las miniaturas de plomo, y como digo, los juegos se usaban con estas, no al contrario, ya que para Mr. Ansell lo primero era la figura y después el juego. Pronto empezaría una serie de colaboraciones con creadores del entorno de Nottingham e incluso crearía su propio juego de combates de Ciencia Ficción con miniaturas en 1980. Este juego sería “Laserburn” y hoy en día esta considerado como uno de los precedentes de Warhammer y de Warhammer 40K.

Poco a poco desarrollaría también su habilidad como escritor con la creación de los trasfondos para sus mundos, mientras profundizaba en la historia que habría de acompañar a cualquier entorno, tanto de Fantasía como de Ciencia Ficción. Su interés por la narración escrita estaba naturalmente ligado a la lectura de novelas de Espada y Brujería, las cuáles le habían acompañado desde su adolescencia, y cuyo boom llegaría, de nuevo, de la mano de D&D con la aparición en el mercado de las novelas ambientadas en sus entornos de campaña (como en el caso de Dragonlance), aunque en algunos de estos casos la calidad se viera supeditada a la comercialidad.















Saliéndonos de los aspectos más relacionados con GW es interesante descubrir que Bryan lleva muchos años siendo un apasionado del automovilismo, poseyendo actualmente una pequeña colección de automóviles raros. También siente pasión por la arquitectura, hasta el punto de haber creado una empresa de restauración de casas de época (en Inglaterra se valora especialmente la conservación de los edificios históricos y generalmente la gente prefiere vivir en una casa con historia antes que en un edificio moderno siempre que sea posible).

En lo que se refiere a su carácter, mucho se ha dicho al respecto y casi siempre para mal, hablándose de una persona difícil, un jefe complicado y un compañero introvertido. No obstante todas estas críticas, aún envueltas en algo de verdad, sólo nos aportan una parte de la realidad, sesgando los hechos a partir de las opiniones de la parte “contrariada”. Aunque lo que s es cierto es que no era un tipo humilde, quede para la posteridad que se consideraba a si mismo como uno de los mejores diseñadores de juegos del mundo.
La política administrativa de Bryan estaba mucho más centrada en la consecución de objetivos y de beneficios que la que dirigía a la empresa madre Games Workshop. Así visto, tanto sus clientes como en muchos casos sus propios compañeros, lo tachaban de corporativista y observaban una carencia del estilo estudiantil y algo hippy que acompañaba a los de Londres. Esto no gustaba a todo el mundo, pero para Ian Livingston y Steve Jackson era lo más correcto, ya que Bryan estaba convirtiendo una pequeña marca provincial en un auténtico éxito de ventas.

La historia de Games Workshop no se puede entender sin Mr. Ansell, y es su aportación personal la que convierte a GW en la empresa que conocemos hoy en día. Y su mayor contribución al hobby es la creación del “concepto” Games Workshop, una experiencia que amalgama el wargaming, la pintura de miniaturas, la construcción de escenografía, el coleccionismo, los productos asociados (ficción escrita, videojuegos), etc., así como su cohesión otorgándole un mundo propio donde todo transcurra.

Foto superior: catálogoCitadel 1979
Fotos inferiores: el Demonio del Fiend Factory y su miniatura

3 comentarios:

  1. Llevo varias semanas de vacaciones en Mordheim, y estos días de caza de piedra bruja y de mutantes me han retrasado demasiado la publicación de este mes. Por si fuera poco, la segunda parte de la Vida de Bryan me ha resultado de lo más difícil de completar. Constantemente volvía a las opiniones personales o me adelantaba en exceso a la cronología de la que estoy tratando no salirme, y tenía que reescribir casi toda la entrada.

    En próximas entregas volvemos a Londres para ver que se cuece en Dalling Road, retomamos los eventos y las revisiones de la White Dwarf. Pero lo más importante de todo es que empezaremos a ver material propio GW a la venta.

    Un saludo y como siempre digo, cualquier duda aquí estoy para tratar de solventarla.

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  2. Muy interesante como de costumbre.
    y ten cuidado con perderte en Mordheim :-D
    saludos

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  3. Gracias Pablo, aun me queda una gran partida más para terminar en la Ciudad. Y después me vuelvo a otro de mis amores... Rogue Trader.

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