lunes, 12 de abril de 2010

Un atisbo de futuro

La segunda mitad de 1979 trajo consigo la celebración del segundo Dragonmeet el sábado, 25 de Agosto en el Chelsea Old Town Hall, en Kings Road, Londres.

Este evento fue muy parecido al celebrado el año anterior, aunque la asistencia de público resultó lógicamente mayor. Hubo todo lo que se podía esperar de la organización. Stands de tiendas de Londres y su entorno donde se podían encontrar las novedades del momento, demostraciones de juegos realizadas por aficionados, por sus creadores o personalidades de la industria de los juegos, estas demostraciones eran tanto de Rol como de juegos de tablero e incluso de computadora (las cuáles se estaban haciendo muy populares y cuya ayuda se empleaba incluso para arbitrar partidas como si de un master se tratara), competiciones dedicadas a distintos reglamentos y concurso de pintura de miniaturas, y naturalmente zonas de descanso con una cafetería para reparar a los participantes agotados.
El precio de la entrada era de 50 peniques, y lo recaudado se usaba para sufragar los costes de los premios y pagar la comida de los colaboradores.

Se publica la White Dwarf número 15 de Octubre/Noviembre, entre cuyos contenidos encontramos un muy interesante juego, llamado “El Bárbaro”, diseñado por Ian Livingston. Este juego era un sistema sencillo pensado para introducir al desconocedor de los juegos de tablero hexagonal en este tipo de reglamentos. La premisa, tan simple como el propio juego, era encarnar al bárbaro Vaarn en su búsqueda de los artefactos de Los Ancestros, una espada y un escudo mágicos, que nos ayudarán en la gran misión de unir a la humanidad en la lucha contra las bestias que dominan los parajes salvajes fuera de la seguridad de las pequeñas ciudades.
Este primer intento de Ian en el mundo del diseño de juegos es el inicio de una prolífica carrera llena de éxitos.

Mientras tanto en Citadel se inicia la producción de su primera gama de miniaturas históricas llamada “Dark Ages” y la primera gama de miniaturas de ciencia ficción con el nombre de “Spacefarers”.

Y una noticia triste es que a finales de ese año las negociaciones para publicar el que iba a ser el primer libro oficial de Games Workshop dedicado a Dungeons & Dragons, el “Fiend Folio”, entran en un punto muerto por cuestiones de derechos. Y las relaciones entre los de Londres y TSR comienzan a sufrir un importante deterioro. Lo cierto es que TSR ya no era la compañía dirigida por un pequeño grupo de amigos en Lake Geneva, había crecido hasta convertirse en una multinacional y había sido absorbida por grupos económicos más fuertes, que la harían crecer al tiempo que protegían rigurosamente su inversión. La historia de TSR en esta época es dramática y muy interesante, y os recomiendo que os informéis sobre ella ya que no tiene desperdicio.
TSR tenía planes para el Reino Unido y Games Workshop no entraba en ellos, pero Ian y Steve aún no sabían lo que se les venía encima.

4 comentarios:

  1. Cuando Don Dinero entra en juego, se acabó la diversión... Veo que nos vamos acercando al momento en que Games Workshop deje de ser una pequeña empresa llevada a cabo por un puñado de idealistas amantes de los juegos y pase a ser la despiadada multinacional que todos conocemos y amamos hoy en día.

    Por cierto, pido disculpas por tardar tanto en contestar a tu petición del post anterior (no me di cuenta en su momento). La mención del partido de béisbol juraría que se encuentra en una entrevista con Rick Prestley del número 28 o 29 de la edición española de la White Dwarf, pero hablo de memoria ya que hace muchísimo tiempo que no repaso mi colección (la tengo guardando polvo en el trastero, será cuestión de hecharle un vistazo para confirmártelo).

    ResponderEliminar
  2. Gracias Guillem, si lo puedes mirar mejor que mejor, pero no te apures que no tengo prisa.
    Tengo unos cuantos números de la primera época de la WD española, pero me temo que en aquel entonces prefería, por contenidos y presentación, la original inglesa. De manera que de los veintitantos me faltan cre que todos menos uno o dos.

    Aun nos queda hasta llegar a los días más empresariales de GW, pero si que es cierto que poco a poco, conforme la empresa se expande, empieza a primar más el interés.
    Bueno a todo llegaremos.

    ResponderEliminar
  3. Para mi la edición española nunca llego a tener el encanto ni el contenido de la inglesa (nunca). Cuando empezaron a editar la española es cuando empezó a perder interés la inglesa, en su declive hasta el punto en que se ha convertido actualmente el catálogo, ... digo la revista :D

    ResponderEliminar
  4. Tiénes toda la razón Raúl.
    Incluso cuando las dos ediciones eran iguales punto por punto en sus años más recientes, la edición británica contaba con varias secciones de noticias propias de las que la española carecía.
    Y si nos remontamos a la mejor época de la WD, entonces la comparación es odiosa.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar