sábado, 6 de marzo de 2010

La Vida de Bryan (1ª parte)




Personaje Games Workshop: Bryan Ansell

En toda la historia de Games Workshop, y en este caso más específico de Citadel, es posible que no exista otro personaje cuya relevancia sea más fundamental y que al mismo tiempo nos resulte tan desconocido. Tal vez se trate de una protección intencionada de su propia intimidad, o de una carencia fortuita de información. Pero sea como sea, Bryan es un auténtico misterio para aquellos que queremos saber más sobre la creación y desarrollo de esta empresa.

Sobre Mr. Ansell circulan muchas historias, algunas verosímiles y otras un tanto descabelladas. Los detalles de su vida personal se pierden entre las brumas del pasado mítico, pero hoy trataremos de desvelar algunos de estos oscuros misterios, tras seguir su pista en ciertos legajos autobiográficos, hallados en un cofre semiolvidado bajo varios tomos de menor importancia de la Biblioteca.

Bryan Ansell pasa su niñez y adolescencia en Arnold, Nottinghamshire, donde pronto se verá atraído por los juegos de estrategia y mentales. En su más temprana juventud descubrirá un talento innato para la escultura en miniatura y pronto, allá por los primeros años setenta, comenzará la que habría de ser su carrera profesional durante largos años; estamos hablando por supuesto del modelado de miniaturas de plomo y más concretamente de las figuras de corte fantástico. Sus primeros pasos los daría colaborando con marcas como Skytrex con pequeñas aportaciones, iniciándose en la modalidad histórica ya que esta era la única que se realizaba en aquella primera época. Pero al adquirir experiencia y calidad artística se empezaría a reclamar su trabajo para gamas completas, como fue el caso de la marca Conquest para la que realizó la línea de fantasía en su totalidad de “La Era de Joman”. Y por supuesto ya en 1976 cofundaría la que podríamos llamar su “opera prima” Asgard Miniatures. Esta marca es casi con total seguridad el germen de Citadel. Muchos de los diseñadores que pasaron por ella fueron jóvenes promesas que, con el paso del tiempo pasarían a engrosar las filas de la sección miniaturística de Workshop, convirtiéndose en los genios que transformarían la manera de conceptuar este arte en miniatura. Bryan abandonaría esta marca para centrarse en Citadel entre 1979 y 1980, pero Asgard aún seguiría muchos años produciendo unas magníficas líneas de monstruos y aventureros, tanto de fantasía como de ciencia ficción e históricas. En el segundo número de la revista White Dwarf, Ian Livingston había realizado una revisión de la marca, dándole un tratamiento de lo más favorable, y es que la gama de fantasía original de Asgard tenía un elemento “novedoso” para el mundillo como era el uso de armas intercambiables entre ellas.

En los primeros días de Dungeons & Dragons en Inglaterra Bryan obtuvo su propia copia para jugar con su grupo de amigos, pero su carácter inquieto y emprendedor le llevó a adentrarse más profundamente en el hobby fundando su propio fanzine. Este habría de ser el famoso Trollcrusher, cuya historia se alargaría hasta el número 29 en Julio de 1984, aunque Bryan permanecería como su editor sólo hasta el número 6. En un primer momento la intención era el fomentar la expansión del fandom rolero, y así lo hizo saber primero al público original estadounidense, donde se había generado este hobby, publicando un artículo en el fanzine “The Wild Hunt” en un fecha tan temprana como fue Enero de 1977, donde bajo el título de “My Very Own Ego Trip” invitaba a otros jugadores a ponerse en contacto con él para comenzar una publicación propia. También se puso en contacto con otros aficionados ingleses que comenzaban a tener un ligero renombre entre la afición gracias a sus colaboraciones en revistas especializadas de ámbito nacional. Este fue el caso de por ejemplo David Langford (que más tarde se convertiría en parte del equipo de la White Dwarf por ser un reconocido especialista en literatura de ficción) con sus artículos “Hidden Shallows”, o de Hartley Patterson (del que ya sabemos que se convertiría en el presidente de la Asociación D&D Británica) con sus “Better Smials”, Lew Pulsipher (ya por todos conocido) con sus “Why am I doing this?”, o Bryan Asbury, etc. Todos ellos, y bastantes más, formarían parte del equipo de Games Workshop en algún momento de su futuro próximo, con lo que Bryan estaba creándose, además, un nutrido grupo de útiles contactos. Para terminar con lo que se refiere a los colaboradores hemos de indicar que en el número 6 de Trollcrusher aparece un artículo llamado “Mi perro carece de olfato…” que viene firmado por Richard Halliwell, un nombre que más adelante tendremos muy en cuenta en este relato…
Este fanzine, muy en la línea de los primeros números de la propia White Dwarf sería a su vez un útil vehículo publicitario para sus otros proyectos, como Asgard Miniatures.
Merece la pena también comentar que algunas de las primeras portadas de la revista eran obra del propio Bryan.

7 comentarios:

  1. Como de costumbre: entretenido, didactico y curioso.
    ;-) Gracias Mabden

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  2. Una vez más, gracias a tí Pablo. Aunque me estas volviendo loco (nunca mejor usada esta palabra) con tus entradas sobre Mordheim. He sacado de su encierro todos mis antiguos proyectos escenográficos y las bandas pintadas y a medio pintar y me he puesto a completar lo que les falta.
    Ahora solo necesito "engañar" a algún otro desesperado buscador de piedra bruja para que se adentre conmigo en las entrañas de la Ciudad de los Condenados.

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  3. Hacía tiempo que no me pasaba por la Biblioteca (intencionadamente, para que se acumularan varias entradas). ¡Qué gozada! Yo a Bryan Ansell lo recuerdo por ser el escritor de los geniales libros sobre los orkos del Rogue Trader (Waaargh the orks y Freeboterz) y escultor de algunas de las más clásicas miniaturas de aquella época, algunas de las cuales, como ciertos guerreros del Caos, todavía conservo.

    Y ya que habláis de Mordheim, hace eones que no me adentro en la Ciudad de los Condenados... Bufff, yo también tendría que encontrar a alguien, y quitarles el polvo a mis Skavens...

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. ¿Ratas malolientes y mutadas a base de piedra bruja? No puede haber otro exponente más claro de lo que es Mordheim que esos roedores extrahormonados, como no sean los No Muertos.
    Y eso que yo solo he jugado llevando hombres (leales y valerosos caballeros bretonianos, fanáticos cazadores de brujas o mercenarios interesados de la Marca de Oster).

    Gracias por los comentarios Guillem.

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  6. No tenía ni idea de la existencia de este hombre, es fundamental como bien dices.

    Ahora, que no me puedo resistir, tiene una cara en la foto de "sospechoso habitual" que tira para atrás XD

    Genial el blog, enhorabuena y gracias por compartir estas porciones de historia.

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  7. Hoarmurel, es bueno que ahora conozcas su existencia. Sin Bryan no habría Warhammer, y ¿quién sabe donde estaría ahora mismo GW?
    Las pintas era lo que se llevaba en el Norte de Inglaterra en aquella época, pero si que son algo desconcertantes, a los propios gemelos Perry les causaba impresión.

    Gracias por tus comentarios, siento no haberlos visto antes.

    Un saludo.

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