Fue precisamente la presión popular la que convenció a los dos amigos para organizar este evento de forma anual. Previamente se habían planteado ampliar el calendario de actividades con sello de Games Workshop más allá del Games Day, y de esta decisión el D&D Day había sido el primer exponente. No obstante, el constante crecimiento del hobby y su diversificación hacia otros campos del ocio, diferentes del puro juego de mesa y sus derivados más cercanos, demostraba que un exceso de especialización a la hora de montar unas jornadas, podía llegar a ser el motivo de la ruina para estas. Así quedó claro para ellos que resultaba demasiado arriesgado repetir un día dedicado en exclusiva a Dungeons & Dragons, y aunque el juego de Gygax aún se mantendría como base y excusa alrededor del cuál girarían el resto de actividades, no podía ser el único motivo para acudir al encuentro. Precisamente el buen funcionamiento del Games Day era su capacidad para atraer a toda clase de gente, incluso a aquellos que jamás habían oído hablar de los juegos de rol, gracias a una oferta de entretenimientos variada y accesible para toda la familia.
Con esto en mente se empezó a gestar un evento nuevo, pero que al mismo tiempo sería digno heredero del D&D Day, al que bautizaron con el nombre de Dragonmeet.
Precisamente para desligarse en cierta forma de su antecesor se publicitó con la frase “Un Día de Juegos de Ciencia Ficción y Fantasía”, lo que ofrecía una más amplia concepción de lo que la gente esperaba de este encuentro.

Y así el sábado 26 de Agosto a las 10:30 de la mañana se abrieron las puertas del Chelsey Old Town Hall en Kings Road, en Londres, dando comienzo una jornada que se presentaba prometedora. Aunque solo fuera por la cantidad de actividades propuestas.
Por ejemplo las diversas competiciones de juegos, entre los que destacaban el D&D por supuesto, y otro menos conocido, aunque ya tenía algunos años y empezaba a dar que hablar, llamado Cosmic Encounter.
Entre las competiciones también hubo una de pintura de miniaturas, lo que empezaba a ser imprescindible en cualquier evento rolero; con tres categorías diferenciadas: Miniatura individual de 25 mm, miniatura individual de 54 mm y diorama a escala de 25 mm. Pudiendo ser presentadas figuras tanto de fantasía como de ciencia ficción indistintamente.
También hubo una sección de juegos de computadora, lo que en aquellos tiempos era una delicatessen casi futurista, donde se pudo probar juegos como el Star Trek.
Y en el escenario varios aficionados vestidos con ropa de época representaban escenas de combate medieval.
Como es natural una gran parte del salón principal estaba ocupada por stands de venta de varias tiendas o empresas, donde además de comprar se podía asistir al lanzamiento en exclusiva de las novedades de cada casa. Y otra gran zona estaba literalmente cubierta por mesas donde los grupos de aficionados podían disfrutar de partidas con los juegos que hubieran llevado ellos mismos, o también aprovechaban para mostrar sus trabajos y diseños, tanto de juegos como de miniaturas o complementos, con la esperanza de que alguna de las empresas presentes los considerara comercialmente.
De nuevo Ian y Steve pasaron el día visitando stands, paseando de mesa en mesa para asegurarse de que todo estuviera en orden y de que la gente lo pasaba lo mejor posible. Pero sobre todo tomaban nota de lo que sería necesario para mejorar el Dragonmeet del año siguiente y, más aún, lo que necesitarían para el muy cercano Games Day.
Foto central: el salón principal del Chelsea Old Town Hall