A finales de 1979 Citadel Miniatures ya tenía su hueco asegurado en el mundo de la pro
ducción de miniaturas de 25 mm.
Para 1980 habían ganado un par de premios del público y la crítica especializada en sendos eventos, como el obtenido en el pasado Games Day, confirmándola como la mejor marca de figuras de fantasía británica. Esto era debido en una gran parte a su colaboración con Ral Partha, la cuál les ofrecía una base de miniaturas de ficción e históricas de una calidad insuperable para la época. Es por esto que uno de los pilares en los que se asienta el éxito primero de Citadel hemos de buscarlo en su asociación con la marca americana y en la labor impagable de Tom Meier.
Pero, aunque los propios diseñadores de Citadel eran en aquel momento más bien amateur en su mayoría, supieron captar la atención de un público que no estaba buscando la perfección y el rigor que caracterizaban al coleccionista de histórico, sino la calidad del trabajo realizado por aficionados que pensaran como tales y que conectaran con el espíritu de los jugadores de rol, tanto en las vertientes fantásticas como en las de ciencia ficción. Es más, otro de los puntos que más atrajeron a los compradores de miniaturas, fue el importante componente humorístico que inundaba las líneas de fantasía de Citadel, en muchos casos realizando auténticos guiños a la cultura popular inglesa.
A todo esto debemos sumarle la facilidad con que se pintaban estas miniaturas (influenciado seguramente por la libertad que ofrecía en aquel entonces la fantasía), y en el caso de que la pintura no fuese el punto fuerte del comprador, la posibilidad de dejar la figura sin pintar no desmerecía el detalle, ya que gracias a unos relieves muy remarcados y al tamaño algo exagerado de las armas y el equipo estos quedaban claramente visibles aún en su estado metálico.

Otro detalle que honraba aquellos primeros días de la marca era que hacían figurar el nombre del diseñador de la miniatura en cada blister a la venta. Estos eran por aquel entonces una bolsa de plástico cerrada por su parte superior con una lengüeta de cartón donde aparecían la referencia y el logo de la marca.
Las líneas disponibles a finales de 1979 y durante 1980 fueron:
Fantasy Adventurers diseñados principalmente por los gemelos Perry, los cuales soportaban el peso de la producción casi total para Citadel. Esta gama contaba por aquel entonces con 25 referencias.
Fiend Factory tenía muchas criaturas diseñadas por el propio Bryan Ansell llegando a sumar en el año 1980 hasta 60 referencias diferentes.
Humphrey Leadbitter tuvo una carrera más bien corta en la empresa, pero sus Fantasy Specials llegaron hasta la referencia 50 en apenas un año.
Pronto Citadel comenzó a captar licencias de numerosas compañías con productos dignos de ser “miniaturizados”. Un buen ejemplo sería el juego Gangster! con 12 referencias distintas y una especial. O la muy jugosa licencia de la película Star Trek “The Motion Picture” de la que sacaron 24 referencias.
Y ya metidos en la Ciencia Ficción y viendo que Ral Partha tenía su propia línea ambientada en este entorno, los Galactic Grenadiers, Citadel lanzó su propia gama llamada Spacefarers, de nuevo de los Perry y con 49 referencias. Si bien Citadel se había orientado hacia la Fantasía más pura en su origen y esto era lo que el público pedía mayoritariamente, algunos de los componentes de la empresa sentían un interés cada vez mayor por los trasfondos futuristas, empezando por el propio Bryan y con el paso del tiempo se traduciría en una mayor
apuesta en estas gamas.
De nuevo, tal vez influenciados por la gama histórica de Ral Partha 1200 A.D., Citadel produjo su propia línea medieval llamada Dark Ages, de los gemelos Perry, con una primera tirada de 31 referencias, pero llegando a superar más que holgadamente este número en pocos meses.
Y muy interesante resulta constatar que Citadel produjo también varias gamas de miniaturas en 54 mm. empezando por la misma Dark Ages con 4 referencias, siguiendo por una de Star Trek con otras 4 (en ambos casos de la mano de los Perry) y una más de Aventureros de Ciencia Ficción por el artista Tony Ackland con tres miniaturas.

Para 1980 habían ganado un par de premios del público y la crítica especializada en sendos eventos, como el obtenido en el pasado Games Day, confirmándola como la mejor marca de figuras de fantasía británica. Esto era debido en una gran parte a su colaboración con Ral Partha, la cuál les ofrecía una base de miniaturas de ficción e históricas de una calidad insuperable para la época. Es por esto que uno de los pilares en los que se asienta el éxito primero de Citadel hemos de buscarlo en su asociación con la marca americana y en la labor impagable de Tom Meier.
Pero, aunque los propios diseñadores de Citadel eran en aquel momento más bien amateur en su mayoría, supieron captar la atención de un público que no estaba buscando la perfección y el rigor que caracterizaban al coleccionista de histórico, sino la calidad del trabajo realizado por aficionados que pensaran como tales y que conectaran con el espíritu de los jugadores de rol, tanto en las vertientes fantásticas como en las de ciencia ficción. Es más, otro de los puntos que más atrajeron a los compradores de miniaturas, fue el importante componente humorístico que inundaba las líneas de fantasía de Citadel, en muchos casos realizando auténticos guiños a la cultura popular inglesa.
A todo esto debemos sumarle la facilidad con que se pintaban estas miniaturas (influenciado seguramente por la libertad que ofrecía en aquel entonces la fantasía), y en el caso de que la pintura no fuese el punto fuerte del comprador, la posibilidad de dejar la figura sin pintar no desmerecía el detalle, ya que gracias a unos relieves muy remarcados y al tamaño algo exagerado de las armas y el equipo estos quedaban claramente visibles aún en su estado metálico.

Otro detalle que honraba aquellos primeros días de la marca era que hacían figurar el nombre del diseñador de la miniatura en cada blister a la venta. Estos eran por aquel entonces una bolsa de plástico cerrada por su parte superior con una lengüeta de cartón donde aparecían la referencia y el logo de la marca.
Las líneas disponibles a finales de 1979 y durante 1980 fueron:
Fantasy Adventurers diseñados principalmente por los gemelos Perry, los cuales soportaban el peso de la producción casi total para Citadel. Esta gama contaba por aquel entonces con 25 referencias.
Fiend Factory tenía muchas criaturas diseñadas por el propio Bryan Ansell llegando a sumar en el año 1980 hasta 60 referencias diferentes.
Humphrey Leadbitter tuvo una carrera más bien corta en la empresa, pero sus Fantasy Specials llegaron hasta la referencia 50 en apenas un año.
Pronto Citadel comenzó a captar licencias de numerosas compañías con productos dignos de ser “miniaturizados”. Un buen ejemplo sería el juego Gangster! con 12 referencias distintas y una especial. O la muy jugosa licencia de la película Star Trek “The Motion Picture” de la que sacaron 24 referencias.
Y ya metidos en la Ciencia Ficción y viendo que Ral Partha tenía su propia línea ambientada en este entorno, los Galactic Grenadiers, Citadel lanzó su propia gama llamada Spacefarers, de nuevo de los Perry y con 49 referencias. Si bien Citadel se había orientado hacia la Fantasía más pura en su origen y esto era lo que el público pedía mayoritariamente, algunos de los componentes de la empresa sentían un interés cada vez mayor por los trasfondos futuristas, empezando por el propio Bryan y con el paso del tiempo se traduciría en una mayor

De nuevo, tal vez influenciados por la gama histórica de Ral Partha 1200 A.D., Citadel produjo su propia línea medieval llamada Dark Ages, de los gemelos Perry, con una primera tirada de 31 referencias, pero llegando a superar más que holgadamente este número en pocos meses.
Y muy interesante resulta constatar que Citadel produjo también varias gamas de miniaturas en 54 mm. empezando por la misma Dark Ages con 4 referencias, siguiendo por una de Star Trek con otras 4 (en ambos casos de la mano de los Perry) y una más de Aventureros de Ciencia Ficción por el artista Tony Ackland con tres miniaturas.
Foto inferior derecha: Tony Ackland