A estas alturas Ian y Steve llevaban unos dos años trabajando ininterrumpidamente sin llegar a disfrutar unas auténticas vacaciones.
Por supuesto que cada uno de ellos había tenido sus periodos vacacionales en sus respectivos empleos, pero el dirigir Games Workshop les exigía una dedicación a tiempo completo y no podían delegar en nadie las responsabilidades que acompañaban a su proyecto personal. Podían ocasionalmente frenar el ritmo de trabajo, pero estaban muy lejos de tomarse un periodo de descanso. Por si esto fuera poco, el constante crecimiento de su empresa y las visitas a eventos o su organización les imposibilitaban aún más el disfrutar unas vacaciones.
Como ya dijeramos anteriormente esta situación empezaba a mermar las fuerzas de los dos muchachos y ya a las puertas del Verano de 1976 comenzaron a plantearse seriamente abandonar sus puestos de trabajo convencionales y así maximizar su esfuerzo en Games Workshop. Naturalmente nada de esto hubiera sido posible, si no fuera porque la distribución de Dungeons & Dragons les reportaba beneficios suficientes como para considerarlos una fuente de ingresos real y no secundaria como había sido hasta el momento.
Si hay que ser sinceros su capacidad de rendimiento en el trabajo "oficial" había disminuido sensiblemente en los últimos tiempos y el desencanto que venían sufriendo desde hacía varios años se saldaba con una falta de atención a lo que debieran de haber estado haciendo.
Steve llega aún más lejos cuando habla de aquellos días:
-"Tenía una hoja de papel cuadriculado sobre mis rodillas, oculto a la vista, bajo la mesa de trabajo, donde diseñaba mis propios calabozos. Pasaba todo el día con la mirada perdida en la ventana imaginando monstruos y trampas para usarlas en los encuentros de los aventureros en mis partidas."-
Y así transcurrió el último mes de su vida como empleados. Soñando con calabozos y dragones en lugar de hacer pedidos o llevar la contabilidad en sus oficinas.
En Junio de aquel año ambos abandonaron sus puestos y solo un poco antes finalizó su contrato de alquiler en Shepherd's Bush quedándose en la calle. Pero tenían un plan.
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